sábado, 16 de enero de 2016

Tomate un momento!

¿Alguna vez has sentido que todo se complica?, ¿Has tenido ganas de llorar y decir hasta aquí nada más?, ¿Te has hecho la fuerte ante los demás pero por dentro te sientes la más débil?, si has respondido que sí a alguna de estas preguntas eres de carne y hueso y has pasado por momentos difíciles en tu vida.

Esta semana no fue fácil para mí, en lo emocional el enemigo ha intentado atacarme fuertemente, intentando confundir mis pensamientos y sentimientos; pero entonces, cuando cayó la gotita que derramó el vaso, tuve que actuar y tomarme un momento, salir de la rutina y del estrés....agarré uno de los libros que compré junto con mi Biblia salí de mi trabajo y me fui a uno de mis lugares favoritos..el mar!

Me tomé un momento con mi Creador, contemplando el atardecer y su maravillosa creación, me puse a leer el libro y sentí que Dios hablaba directamente a mi corazón, me abrazaba y me decía cuán valiosa soy a sus ojos, por más grande que su creación sea y así yo sea una pequeña partícula en todo este mundo, El me considera y me toma en cuenta, se fija en mí, habla de mí, me ama y me sigue con su mirada, me enamora con cada palabra, se encarga de armar esa atmósfera de amor y romance, donde solo somos Él y yo, donde puedo sentir sus brazos y su aliento diciéndome Te amo más que nadie en este mundo, y tengo lo mejor para ti. 
Que emoción!! descubrí que tengo un novio!!! mi Novio Celestial! y haré lo que sea para complacerlo.

Entonces sentí paz, no digo que aún el enemigo me quiere molestar, pero salí renovada, no estoy sola en la batalla...mi Novio Celestial me ama y está conmigo para hacerle frente al enemigo.

Si tienes estos momentos de dificultad, donde todo parece hundirse o volverse gris, tómate un momento, sal de tu rutina vuelve a tu Creador, y ve a ese lugar.. sea donde sea, pero donde sientas que puedes tener esa intimidad con El. Nuestro Padre es bueno y quiere lo mejor para nosotros!!

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías 29:11




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